jueves, 29 de mayo de 2008

PROPUESTA CULTURA ESCOLAR

CAMBIO CULTURAL EN EL LICEO LAURA VICUÑA PARA PODER TRABAJAR EL ROL DOCENTE DESDE LAS PRERROGATIVAS DE LA ESCUELA DE CALIDAD DEL SIGLO XXI

Vivimos en un mundo vertiginoso y en plena crisis de paradigmas, lo que nos llevaría inmediatamente a decir: estamos frente a una época de grandes cambios. Pero sospechamos que el fenómeno implica más que esta simple conclusión. Según el informe sobre Desarrollo Humano en Chile 2000 constatamos que estamos más que en una época de cambios, en un cambio de época. Y desde un punto de vista histórico, esto conlleva a un proceso o una serie de procesos mucho más complejos y a quienes nos desarrollamos en el quehacer de la Educación se nos presenta una encrucijada por las implicancias que estos cambios producen en la tarea educativa.
Los nuevos tiempos, de globalización y competencia internacional demandan un nuevo hombre. No sólo para operar en el cambio sino también, y tal vez lo fundamental, para dirigirlo y matizarlo con los valores que consolidan un humanismo irrenunciable.
Se nos presenta entonces un panorama de grandes desafíos y pocas certezas, caracterizado principalmente por una constante innovación tecnológica y de comunicaciones, un vertiginoso proceso de globalización económica, un sorprendente dinamismo del conocimiento y de acceso a la información.
A este profesional del futuro versátil, cosmopolita y con visión global, ¿Quién lo va a educar?, ¿Con qué herramientas educativas aprenderá?, ¿Con qué competencias egresará de sus instituciones educacionales?
Para responder a las cuestiones antes planteadas, se requiere de un educador actualizado y con la misma flexibilidad mental que demandan sus alumnos y su entorno.
En este nuevo escenario se requiere de una educación más crítica, donde el educador vaya más allá de lo formal y que suponga la necesidad de insistir en los pilares de la educación planteadas en el informe a la UNESCO, por parte de la Comisión Internacional Sobre la Educación para el siglo XXI (Delors): aprender a conocer y comprender mejor el mundo, aprender a hacer a través del desarrollo de actividades innovadoras, aprender a ser, asociado a la exigencia de mayor autonomía y capacidad de juicio, aprender a convivir y a colaborar con los demás, como un desarrollo de la conciencia social y la solidaridad.
Se hace necesario entonces un cambio cultural aplicado a la escuela y los primeros que deben cambiar su modelo mental de la vieja cultura son los líderes, los Profesores. Si el líder sostiene compromisos promueve la cultura de la responsabilidad, si acepta sus errores sostiene la cultura del aprendizaje, por poner ejemplos. Esto reforzará el cambio cultural. Las personas son el activo mayor de la escuela, en este caso los Profesores, nada ocurre sin ellas. Lo que hacen, necesariamente producen resultados.
Uno de los fenómenos más relevantes de la post – modernidad es el inusitado valor que ha adquirido el saber, como condición indispensable para el desarrollo de los pueblos. Vivimos en una sociedad del conocimiento, caracterizada porque la base de la producción son los datos, las imágines, los símbolos, la ideología, los valores, la cultura, la ciencia y la tecnología. Rodríguez (1998, p. 2) cita a Toffler (1994) quien descubrió que El bien más preciado no es la infraestructura, las máquinas y los equipos, sino las capacidades de los individuos para adquirir, crear, distribuir y aplicar creativa, responsable y críticamente los conocimientos, en un contexto donde el veloz ritmo de la innovación científica y tecnológica los hace rápidamente obsoletos.
La sociedad del conocimiento no nos ha asegurado la igualdad ni la equidad sino muy por el contrario, asistimos al aumento de la desigualdad y a la aparición de la exclusión como un fenómeno masivo, transformándose en procesos particularmente complejos y que han penetrado a la escuela.
Por otro lado, según estudios, Fornet Betancourt (2000, p. n.d.) sostuvo que “El proceso económico engendra procesos de transformación en todos los nieves de la vida humana: el político, el social, el religioso, el cultural despojándolos de sus propias cualidades y subordinándolos al primero”.
Esto ha traído como corolario la acentuación de las diferencias sociales y un aumento de la masa marginada que constituyen los nuevos pobres. La exclusión tanto social como de los accesos a los nuevos conocimientos y tecnologías, el desempleo crónico, la precarización del trabajo, la informalidad y la ilegalidad son una realidad de la sociedad del hoy.
Estos cambios que caracterizan nuestro entorno nos llevan a replantear las competencias adquiridas para los sistemas de trabajo y a proponer innovadores requerimientos profesionales que satisfagan las nuevas necesidades. Por consecuencia esto nos lleva a replantearnos una nueva cultura, que permita innovar, hacer lo que nunca se hizo, adelantarse a las nuevas necesidades de los educandos.
Una de aquellas necesidades o retos que se nos plantea a los profesores del siglo XXI es ¿Cómo desarrollar y potenciar la capacidad para “aprender a conocer” por parte de nuestros educandos? Esta pregunta nos lleva inmediatamente a esta otra ¿Cómo desplazarse desde el tópico enseñanza al tópico aprendizaje?
Otra necesidad imperante en la escuela de hoy es ¿Cómo enseñar a nuestros alumnos a manejar los niveles de incertidumbre y de frustración que obviamente engendra este sistema social en el que vivimos?
Para tener respuesta ante estos cuestionamientos tenemos que realizar en la escuela un cambio cultural importante relativo a la relación profesor – alumno en cuanto a la metodología en la entrega del conocimiento y al desarrollo de las competencias que le son necesarias para vivir en sociedad.
Nos proponemos entonces poner en práctica una nueva cultura, la cultura de la mediación cognitiva o si se quiere, el paradigma de la mediación cognitiva.
La escuela es el lugar privilegiado para la mediación y la socialización de la persona. Debe ofrecer oportunidades de desarrollo de todas las formas de inteligencia de los educandos y potenciarlos según sus capacidades. Los Profesores deben ser conscientes de la necesidad de capacitar a los educandos con los prerrequisitos para aprender a ser flexibles ante el cambio.
Un autor sostiene que la mediación “… es un estilo de interacción educativa, orientado por una serie de creencias y principios antropológicos y psicopedagógicos. Tiene su fundamentación en la obra de Piaget, Vygotski, Feuerstein, entre otros.” (Tebar, 2001, p. 1).
Los requerimientos de la mediación cognitiva responden al objetivo de mediar para lograr en los educandos el desarrollo de sus aspectos cognitivos (conocimientos), capacidades (habilidades y destrezas) y actitudinales (valores), que en definitiva nos lleva a desarrollar las competencias necesarias para vivir en un mundo incierto y paradojal.
El mediador debe adelantarse a los retos del cambio, debe contar con un sentido optimista e integrador del pluralismo que se da en su escuela, como es el pluralismo cultural, social y humano.
El diálogo constante es la herramienta fundamental que debe utilizar el profesor mediador para lograr la empatía y aceptación total por parte de los educandos. Tebar (2001, p.2) sostuvo que “El educador sabe que nunca se enseña de una vez por todas, sino que educar es esperar paciente la respuesta del otro. Educar es llevar al niño fuera de su presente sin límites, es descentrar el yo para abrirlo a horizontes nuevos y afrontar los conflictos educativos con seguridad”.
El mediador debe desarrollar la creatividad para impregnar constantemente las respuestas con que enfrente los problemas educativos de los estudiantes. La atención efectiva a la diversidad de necesidades se impone en una sociedad cada vez más abierta y dinámica. Debe ser promotor de aprendizajes significativos, que tengan sentido y sean funcionales para sus alumnos. Está atento y responde a la diversidad de necesidades, intereses y situaciones que involucran a sus alumnos.

Las dimensiones de la mediación cognitiva se relación con varios aspectos:
· El educativo, en cuanto parte de una intención de intervenir sobre las competencias cognitivas de los educandos.
· Afectiva, en cuanto va más allá de una simple interacción, para llegar al reencuentro, a la aceptación e implicación en un proceso transformador, modificador y constructor de la persona. Se da sólo en la reciprocidad del hombre para el hombre, para llegar a descubrir la esencia de sí mismo y la esencia de las cosas.
La mediación cognitiva, al involucrar estas dimensiones, se transforma en un importante aporte para mejorar la calidad educativa. No reduce la calidad a criterios sólo cuantitativos, sino que es fundamental el aspecto cualitativo; de esta manera, no olvida las dimensiones básicas de la persona, como son los valores humanos y sus relaciones sociales.
Para el Profesor – mediador es siempre un constante desafío saber identificar y definir las causas de los problemas que entorpecen los procesos educativos. Así conoce, comprende y acepta las limitaciones de sus alumnos y busca las estrategias necesarias para lograr aprendizaje en ellos.
Pero, no sólo importa mejorar la calidad académica de los alumnos, sino también las relaciones entres todos los miembros que componen la Comunidad Educativa. La Escuela al ser comunidad de aprendizaje, debe orientar sus objetivos a un proceso integrador en el que el clima de relaciones entre los Profesores, entre ellos y los alumnos y sus familias, debe irradiar en su entorno y ser, a la vez, un elemento antropológico fundamentador de todos los demás valores.
El clima escolar con sus positivas experiencias envolventes, debe ser modelo referencial de pequeña sociedad que oriente sus expectativas. La escuela vive sumida en un entorno social concreto que debe conocer, integrar y transformar. La proyección de los valores vividos en las aulas debe tener su primer reflejo en el ambiente escolar y en su entorno.
Es por ello, que también la mediación puede constituirse en un método alternativo de solución de conflictos con prácticas de conciliación, arbitraje, negociación y mediación. Aird (2000, p.1) sostuvo que “La mediación es conocida como la tercera vía en la solución de conflictos, ya que en ella las partes en conflicto se encuentran con el mediador quien les ayudará a comunicarse para que ella busque una solución mutuamente satisfactoria. El acuerdo beneficia a ambos en una solución del tipo Yo gano Tu ganas”.
En síntesis, el cambio cultural hacia el paradigma de la mediación cognitiva, no solo mejorará la calidad de los aprendizajes de los educandos, sino que al solucionar probables conflictos no específicos redunde en buenas relaciones entre los componentes de la Comunidad - Escuela, ya que necesariamente obligará al conocimiento más profundo de las problemáticas que aquejan a los alumnos originando climas de confianza y comprensión mutua.
Para ser un Profesor mediador se necesita un estilo metodológico especial. Estilo que permita integrar los diversos procesos de enseñanza – aprendizaje con la diversidad cultural de los educandos. Para ello los profesores tienen que conocer las opiniones de sus alumnos, sus estilos de aprendizaje, sus motivaciones para estudiar, sus proyectos futuros, etc.
Se hace necesario elaborar instrumentos que permitan opinar a los alumnos acerca de las prácticas pedagógicas y del ambiente educativo que ellos perciben en el Colegio. Una vez que se ponga en práctica este cambio cultural se debe evaluar el resultado de los objetivos planteados.
¿Qué hechos nos llevan a pretender realizar un cambio cultural relacionado con la mediación cognitiva en el Liceo Laura Vicuña? Para responder presentaremos muy brevemente algunos datos de este Liceo y algunos acontecimientos que nos han llevado a reflexionar acerca de este cambio.
El Liceo Laura Vicuña es un establecimiento congregacional (Instituto Hijas de María Auxiliadora) Particular con subvención compartida, donde el alumnado está conformado sólo por niñas y Jóvenes de clase media y clase media baja, opción de la obra.
Las alumnas se caracterizan por tener grandes aspiraciones futuras de estudios superiores y “aún” son muy respetuosas con sus profesores y “dóciles” en lo que respecta a cumplimiento de normas y exigencias propias del establecimiento.
Con estas características muy generales, se podría pensar que “aquí no hay problemas”, pero como en todo lugar donde interactúan personas se producen conflictos de distinta índole. Uno de estos conflictos es la rigidez de algunos profesores respecto de cómo se plantean con las alumnas en cuanto a las exigencias académicas en determinados subsectores, lo que ha provocado que, específicamente, en algunos electivos las alumnas emigren hacia otros en los cuales se puede mediar con los profesores sin dejar de ser menos exigentes, pero toman en cuenta la diversidad de las alumnas. En aquellos subsectores obligatorios de Plan Común no tienen otra opción de quedarse, pero existen constantes reclamos en UTP.
Lo recién expuesto es la razón fundamental para iniciar este proceso de cambio paradigmático de un sistema en que el Profesor cree tener la absoluta razón de todo y las alumnas sólo deben acatar, situación que se contrapone al Proyecto Educativo, que en su Dimensión Carismática expresa: “La relación educativa como encuentro de personas, marcadas por la actitud de acogida, respeto y diálogo entre educadores y jóvenes que permita la educabilidad recíproca. Y en su concepto curricular se lee: Desarrolla en forma integral todas las potencialidades de la alumna internalizando las actitudes y habilidades innatas que porta desde su nacimiento que la predispongan a ser y querer”; a un sistema mediador cognitivo, donde se valore a la alumna en todas sus dimensiones para crear efectivamente un clima educativo, de acuerdo a los establecido en el Proyecto educativo.
Para llevar a cabo este cambio paradigmático debemos conocer las opiniones y realidades de las alumnas. Este proceso debe hacerse lo más libre y espontáneo posible. Para ello se desarrollará una etapa en la cual se harán grupos focales y en los Consejos técnicos se preparará a los Profesores en este tipo de mediación para llegar a un consenso y tener los mismos criterios en cuanto a nuestras prácticas pedagógicas.

Referencias Bibliográficas
Fornet – Betancourt. R. (2000). Globalización, aspectos políticos, económicos, sociales. Extraído desde ejesprimaria.blogcindario.com
Rodríguez. A. L. (2006). Competencias del nuevo rol del profesor. Extraído desde www.comitenorte.org.mx/rediien/imágenes
Tebar, L. (2001). El paradigma de la Mediación como respuesta a los desafíos del siglo XXI. Extraído desde www. Redtalento.com/bienvenido/
Aird. M. (2000). La mediación: Una nueva cultura hacia la paz. Extraído desde
www.Transcend.org/t.databale/

No hay comentarios: